Nací en Tapachula, Chiapas, pero crecí en Saltillo Coah. Fui el cuarto de 7 hermanos en una familia tradicional. A los 18 años decidí estudiar la licenciatura en Relaciones Industriales en la universidad Jesuita de Guadalajara. Desde entonces me llamaba la atención la psicología y la carrera tenía una buena cantidad de materias relacionadas.

Dos años después de terminar mi licenciatura seguí, trabajando en el Iteso. Conocí a Gema, nos casamos y empezamos a formar nuestra familia. En esa etapa de mi vida aparecieron conflictos internos, sentimientos de enojo, ira, miedo, malestar emocional que no podía identificar con claridad. Los conflictos también aparecieron en nuestra relación matrimonial y familiar, creando un ambiente muy difícil. En ésta etapa yo creía que los conflictos familiares y mi malestar emocional eran causados por los otros.

Un amigo me invitó a un curso de una semana con los benedictinos en Nuevo México, USA. Ahí escuché por primera vez sobre el Niño Interior Herido, que se genera en la infancia y que produce en la vida adulta aquello que yo estaba viviendo. En ese curso inicié el proceso de la Curación de mi Niño Interior. Me marcó para siempre y sembró en mí una semilla de búsqueda incansable.

Al regresar a México, me di a la tarea de buscar todo aquello que me ayudara a curar mi interior herido y poco a poco pude ir sanando emocionalmente y desarrollando nuevas capacidades para relacionarme saludablemente con mi familia y con los demás.