Lo que más me sorprende

 Lo que más me sorprende del hombre occidental
es que pierde la salud para ganar dinero. 
Después pierde el dinero para recuperar la salud.

Y por pensar ansiosamente en el futuro, no disfruta del presente, por lo que no vive el presente ni el futuro.

Y vive como si no tuviera que morir nunca, y muere como si nunca hubiera vivido.

Dalai Lama

Volar con las alas rotas

“Vivir con el interior herido es como querer volar con las alas rotas”
Volar con las alas rotas se parece a aquella historia de una amiga muy querida que desde niña tenía problemas interiores, se manifestaban en una compulsión por comerse las uñas.  Empezó poco a poco y siguió creciendo a tal grado, que sus pequeños dedos se fueron deformando: ya no parecían dedos, parecían pequeños muñones. Al ir creciendo esa parte de su cuerpo le avergonzaba y trataba de ocultar sus manos sin lograrlo. Así fue avanzando por la vida “volando con sus alas rotas”, buscando todo tipo de soluciones, remedios y alternativas, sin tener éxito.
Hace algunos años decidió participar en el curso La Curación del Niño Interior, buscando solución para otros problemas que la aquejaban en sus relaciones familiares. Durante el curso trabajó y recorrió ese camino a su interior y pudo descubrir la raíz de sus heridas emocionales.
Después de algunos meses nos encontramos. Su cara lucia radiante y nos mostraba sus manos, hermosas, restauradas, recuperadas, con las uñas crecidas, pintadas, perfectamente arregladas. Ya no volvieron a ser motivo de vergüenza. Nos comentó que en el Curso se había dado cuenta de los miedos que la mantenían atrapada en esa ansiedad, que la llevaba a comerse continuamente sus uñas. El trabajo realizado en el Curso le ayudó a sanar esa herida y desde ahí se está ejercitando en crecer la confianza y la alegría que la mantienen ahora en un estado saludable con paz, confianza y alegría.
¿Por qué quedamos atrapados en hábitos, sentimientos o costumbres que nos es difícil superar, por no decir, imposibles de romper? ¿Por qué muchas veces acabamos frustrados, llenos de impotencia y de rabia, miedo y desesperación?
Esto nos sucede porque tenemos daños en nuestras emociones y en nuestros hábitos, que se generaron por tratos inadecuados recibidos en la infancia, dañando a nuestro Niño Interior.
¿Qué es el Niño Interior?
Responder a esta pregunta es fundamental porque a veces se entiende que el Niño Interior es una especie de bebé no desarrollado que se tiene misteriosamente dentro de nosotros y que necesita ser curado. También puede entenderse el Niño Interior como un “otro yo”, distinto de nosotros mismos, como si se tratara de otra persona.
El Niño Interior es una parte de nosotros mismos que no ha podido crecer, que no ha podido desarrollarse adecuadamente; no ha crecido, madurado, porque está herida, lastimada.
El Niño Interior es una parte de nosotros mismos que no pudo crecer adecuadamente y que actúa inadecuadamente en la vida adulta.
¿Que le ocurrió al Niño Interior?
Fue lastimado por un trato inadecuado recibido en la infancia y por lo tanto necesitamos realizar un proceso de curación. Al igual que las heridas físicas, la tarea de sanar las heridas emocionales pasa por un proceso:
  1. Darte cuenta de que tienes heridas interiores que se manifiestan de muy diversos modos: malestar emocional, irritabilidad, miedo, ansiedad, vergüenza, tendencias depresivas, dificultades para establecer relaciones saludables con los demás, baja productividad en el trabajo, baja autoestima, problemas de codependencia, etc.
  2. Detectar la causa. Normalmente la causa se encuentra el un trato inadecuado recibido en la infancia o en la falta de atención para satisfacer necesidades emocionales: agresiones físicas, verbales, emocionales, abandono, descuido, carencias económicas fuertes, etc.
  3. Realizar un proceso de sanación de las heridas interiores. Es necesario aceptar el propio dolor emocional y hacer un proceso profundo de reconciliación con la propia historia, mediante el proceso de duelo y el perdón profundo.
La Curación del Niño Interior libera de los daños emocionales, generando una experiencia de paz y serenidad que permite reanudar el camino del crecimiento personal. Permite además realizar los nuevos aprendizajes para desarrollar las capacidades y habilidades personales y sociales que son indispensables para vivir una vida plena en el presente.
Para ver más información de nuestro Curso La Curación del Niño Interior, da clic en el siguiente enlace:
https://www.curaciondelninointerior.com/actividades/la-curacion-del-nino-interior/

El lunes empiezo

Es una frase que escuchamos con frecuencia cuando alguien está a punto de comer algo que le da placer pero sabe que le puede perjudicar en su salud. Esto que la mayoría de las veces se toma a la ligera, representa algo vital, que nos lleva a reflexionar en dos aspectos fundamentales: Por una parte, privilegiar la SATISFACCIÓN INMEDIATA por encima de hacer algo que sea SALUDABLE a largo plazo, provoca una especie de miopía del futuro, desencadenando una situación que puede dar origen a problemas serios  de OBESIDAD.

  1. Aprender a tener CONTROL DE LOS IMPULSOS que nos llevan a buscar el placer INMEDIATO e ignorar las consecuencias negativas futuras de nuestros actos, es algo fundamental para el manejo de La obesidad.
  2. La obesidad respondería a una cierta falla en la CAPACIDAD DE EVALUAR el beneficio a largo plazo de evitar comer en abundancia alimentos que nos dañan la salud y nos dan un PLACER INSTANTÁNEO.
  3. Necesitamos generar un CAMBIO DE CONDUCTA que impacte día a día las conexiones del cerebro.

Lo más importante es poner especial interés en las DECISIONES DEL PRESENTE ya que de éstas depende el futuro verdadero y no en ese LUNES MITICO que solo sirve para justificar las malas decisiones.

LA VOLUNTAD para tomar decisiones libres, fuertes y responsables es una de las partes más lastimadas de  nuestra estructura personal, cuando tenemos un interior herido por las experiencias dolorosas vividas en nuestra etapa infantil. Muchas experiencias relacionadas con la ingesta de comida “placentera” están ligadas emocionalmente a experiencias muy fuertes, que no es posible desactivarlas fácilmente. Se requiere un proceso para crear rutas que generen nuevas conexiones en el cerebro, que permitan visualizar ese futuro saludable y practicar en la toma de decisiones.

SANAR LA MIOPÍA DEL FUTURO es poder descubrir en el presente, la capacidad para tomar DECISIONES SALUDABLES y así, construir un camino hacia LA FELICIDAD, edificada con los tabiques DE LA SALUD, LA PAZ y LA ARMONÍA EN EL CORAZÓN.

Con cariño y nuestros mejores deseos para este Año Nuevo 2016

Arturo y Gema

www.arturoygema.com

Por favor, ¡enójate!

Cuando los sentimientos de ira y enojo no se pueden reconocer y manejar abiertamente, van formando en el interior un “fondo emocional negativo” altamente tóxico, que va envenenando nuestra vida y nuestras relaciones. Es frecuente que ésta sea una de las causas principales de las enfermedades psicosomáticas.

Las formas más comunes de bloquear del enojo y de la ira son:

  1. Sofocarlos inconscientemente

“Yo nunca me enojo. No hay nada lo suficientemente importante como para enojarse. Claro que me doy cuenta de que es arrogante y me maltrata, pero a mí no me afecta. No me importa en lo más mínimo”.

  1. Sofocarlos conscientemente

“Estoy enojado pero eso no significa que me rinda, simplemente me controlo y olvido. Me doy un regaderazo y se me quita. Me tomo un tranquilizante en el día, un somnífero en la noche para dormir y desaparece. Doy un paseo y olvido. Se me olvida rápidamente. Cuando estoy un poco enojado me tomo unos tragos de alcohol y se me quita. Yo, ¿enojarme? ¡Nunca! Me río de los problemas. Hace enojar a otras personas, pero yo no se lo permito. A mi no me hace enojar”.

  1. Posponerlo

“¿Por qué no pensé en eso antes? ¿Por qué siempre pienso la respuesta correcta hasta que ya es muy tarde? No me enojé cuando eso sucedió ni ahora que lo platico, pero  me duele mucho la cabeza. Siempre me molesta, pero soy tan tonto que hasta después me doy cuenta. Si esta persona estuviera aquí, le diría realmente lo que pienso. ¿Se imaginan? Ahora que lo pienso, me da coraje”.

  1. Transferirlo

Enojos repentinos, sin razón aparente. Enojos fuertes por ofensas imaginarias, inexistentes o muy pequeñas. Acumular o exagerar viejas ofensas o problemas y descargarlas en alguien inocente sin razón alguna. Resentimiento contra uno mismo. Voltear la ira contra sí mismo y deprimirse. Ideas paranoicas: todos están en contra de mi.

  1. Racionalizarlo y diluirlo

“Debe estar enfermo y sé que no puede evitarlo; así es que no puedo enojarme con él. La gente civilizada, lógica y racional es calmada; la cabeza es la que controla. La gente madura no se enoja; sólo los tontos lo hacen. Mañana ella lo sentirá más que yo. ¿para qué me enojo?. Uno no se puede enojar con los niños. ¿Qué te hace pensar que estoy enojado? Ni siquiera he alzado la voz. Simplemente me pongo a hacer otra cosa y mi enojo desaparece. Por favor, no hables tan fuerte. La gente nos va a escuchar y es de muy mal gusto. Parece que estoy enojado pero no es cierto. ¿Quién está enojado? Ni estoy enojado ni estoy gritando. Estoy hablando más fuerte sólo porque me interesa la discusión”.

  1. Tratar de se indiferente

“No siento nada”.

Por favor, sé consciente de tu sentimiento

Los aprendizajes que debes hacer para evitar el malestar físico y emocional del enojo no manejado adecuadamente, son:

– Darse cuenta o ser consciente de estar o sentirse molesto, incomodo, enojado.

– Ser consciente y darse cuenta de las molestias físicas asociadas al sentimiento de molestia, ira o enojo: color de la cara, latidos del corazón, nervios y músculos crispados o apretados, etc.

– Ser consciente y darse cuenta de los deseos de gritar, de decir malas palabras, de insultar, de hacer aspavientos con las manos y brazos.

– Ser consciente y darse cuenta de los deseos de golpear, de lastimar o de irse.

– Ser consciente y darse cuenta del deseo de hablar, de contestar, de reclamar.

El primer paso en el proceso de manejar adecuadamente la agresividad es ser consciente, darte cuenta y aceptar tus sentimientos de molestia, ira, enojo. Acepta tus sentimientos en forma cada vez más natural y espontánea, para que puedas manejarlos adecuadamente.

Con afecto

Arturo y Gema

www.arturoygema.com

La perfección: una enfermedad

CIUDAD DE MÉXICO, 28 de septiembre

La actriz Julia Roberts, a través de su cuenta de Instagram, subió una foto suya sin maquillaje alguno, junto con un impactante mensaje:

“La perfección es la enfermedad de una nación. Superponemos nuestras caras con toneladas de maquillaje. Recibimos BOTOX e incluso pasamos hambre para llegar a ese “tamaño perfecto”. Tratamos de arreglar algo pero no se puede arreglar lo que no se puede ver.

Es el alma la que necesita la cirugía. Es hora de que tomemos esa postura. ¿Cómo puedes esperar que alguien te amé si no te amas a ti mismo? Tienes que ser feliz contigo mismo. No importa cómo te ves en el exterior, lo que está en el interior es lo que cuenta.

Hoy, quiero poner una foto mía sin maquillaje. Sé que tengo arrugas en mi piel pero hoy quiero que veas más allá de eso. Quiero abrazar a mi verdadero yo y quiero que abraces lo que eres, tu forma de ser, y amate a ti mismo de la manera que eres”.

Te invitamos a trabajar para sanar tu Niño Interior

CURSO INTENSIVO LA CURACIÓN DEL NIÑO INTERIOR

LA CURACIÓN DEL NIÑO INTERIOR – CURSO EN 6 AUDIOS

¿Qué es el niño interior?

Lic. Gema Torres de Balderas

Alegría, colores, sonrisa, seguridad de querer lo que se hace, de confiar y realizar lo que más se anhela en el corazón, puede ser el pan de cada día o puede ser un sueño tan lejano como la Estrella Polar. Brilla, nos ilumina, hace que no perdamos la esperanza y la dirección, pero tal pareciera que entre más la queremos alcanzar más se aleja de nosotros.

¿Qué es lo que resulta cada día? Incomodidad, angustia y no sabemos por qué. Nos dejamos pisar y pisamos sin querer a otros; vamos viviendo aquella frase de San Pablo: “Hago el mal que no quiero y dejo de hacer el bien que quisiera hacer”

Como si dentro de nosotros algo estuviera mal conectado y ante un estímulo, ante una situación, ante una realidad, saliera la respuesta que no es adecuada. Cuántas veces decimos SÍ cuando en realidad queremos decir NO. Cuántas veces nos privamos de conversar o participar en reuniones, cuando estamos que nos volvemos locos por estar ahí.

Es como si dentro de nosotros mismos estuviera otra persona que, a nuestras espaldas y con mayor fuerza, decidiera por nosotros sin que nos diéramos cuenta. Es como llevar una doble vida y cuando nos damos cuenta, sentimos como si la vida misma y la salud se nos fueran escapando de las manos.

Hoy estás delante de estas líneas y te invito a que entres al mundo maravilloso de descubrirte de una manera completa, para que puedas unir dentro de ti esa parte que muchas veces ha quedado en la sombra, en la oscuridad, como tras bambalinas; que puedas abrir bien tus ojos, destapar bien todos tus sentidos para que puedas descubrir la persona maravillosa que eres, con toda la gama de colores sentimientos y capacidades.

Jesús nos dice: “La verdad los hará libres” y vale la pena descubrir esa persona maravillosa que vive dentro de nosotros mismos y que por muchas circunstancias de nuestra historia personal ha quedado oculta, escondida, sin brillar, sin mostrar sus colores, su música, su voz, su canción, su sonrisa, su confianza.

¿Qué es el Niño Interior?

Responder a esta pregunta es fundamental porque a veces se entiende que el Niño Interior es una especie de bebé no desarrollado que se tiene misteriosamente dentro de nosotros y que necesita ser curado. También puede entenderse el Niño Interior como un “otro yo”, distinto de nosotros mismos, como si se tratara de otra persona.

El Niño Interior es una parte de nosotros mismos que no ha podido crecer, que no ha podido desarrollarse adecuadamente; no ha crecido, madurado, porque está herida, lastimada.

El Niño Interior es una parte de nosotros mismos que no pudo crecer adecuadamente y que actúa inadecuadamente en la vida adulta.

¿Que le ocurrió al Niño Interior?

Fue lastimado por un trato inadecuado recibido en la infancia y por lo tanto necesitamos realizar un proceso de curación. Al igual que las heridas físicas, la tarea de sanar las heridas emocionales pasa por un proceso:

  1. Darte cuenta de que tienes heridas interiores que se manifiestan de muy diversos modos: malestar emocional, irritabilidad, tendencias depresivas, dificultades para establecer relaciones saludables con los demás, baja productividad en el trabajo, baja autoestima, problemas de codependencia, etc.
  2. Detectar la causa. Normalmente la causa se encuentra el un trato inadecuado recibido en la infancia o en la falta de atención para satisfacer necesidades emocionales: agresiones físicas, verbales, emocionales, abandono, descuido, carencias económicas fuertes, etc.
  3. Realizar un proceso de sanación de las heridas interiores. Es necesario aceptar el propio dolor emocional y hacer un proceso profundo de reconciliación con la propia historia, mediante el proceso de duelo y el perdón profundo.

La Curación del Niño Interior libera de los daños emocionales, generando una experiencia de paz y serenidad que permite reanudar el camino del crecimiento personal. Permite además realizar los nuevos aprendizajes para desarrollar las capacidades y habilidades personales y sociales que son indispensables para vivir una vida plena en el presente.


Para profundizar en este tema, te sugerimos los siguientes cursos y conferencias:

  • La Curación del Niño Interior
  • El Perdón
  • El Proceso de Duelo
  • Manejo de Sentimientos y Autoestima
  • La Ira: cómo manejarla

Las heridas emocionales

Equipados para ser felices

Desde el momento de nacer estamos equipados internamente con todas las facultades que necesitaremos a lo largo de nuestra vida para sobrevivir, crecer y alcanzar la plenitud de nuestro desarrollo. Tenemos capacidades físicas, mentales, emocionales, intelectuales, sociales, espirituales, etc. La felicidad es el fruto del proceso de maduración de todas y cada una de nuestras facultades y habilidades. Cuando ejercemos plenamente todas nuestras capacidades como seres humanos, alcanzamos la felicidad.
Así como que una semilla puede convertirse en un árbol frondoso y lleno de fruto, si se lo ofrecen los nutrientes necesarios, así nuestras capacidades tienen que ser rodeadas de un ambiente adecuado que haga posible su maduración y crecimiento.
El ambiente idóneo para el crecimiento del niño es una presencia constante y amorosa de parte de los adultos que les rodean, especialmente de los padres.
Para que el niño pueda desarrollarse adecuadamente debe recibir afecto, contacto físico cariñoso, palabras de amor y reconocimiento a su persona y a lo que hace, atención adecuada y oportuna de sus necesidades de alimentación, limpieza y descanso, corrección amable y amorosa de sus errores y un proceso de educación de cómo vivir adecuada y sanamente.
Sólo los padres suficientemente maduros, equilibrados y sanos interiormente pueden ofrecer a sus hijos este tipo de ambiente familiar, porque sólo estos padres pueden, en el trato con sus hijos, ser cariñosos, pacientes, amables, bondadosos y generosos.
En la mayoría de los casos, los padres no pudieron crecer sanamente y muestran deficiencias emocionales, desajustes de personalidad, falta de madurez que se traducen en la práctica en un trato inadecuado hacia sus hijos: trato duro, incomprensión, abandono, agresiones, gritos, golpes, descalificación, falta de ayuda y apoyo, impaciencia, amenazas, etc.

Las heridas emocionales

Cada vez que el niño recibe un trato inadecuado, agresivo, hostil, impaciente; cada vez que el niño experimenta el abandono, la soledad, se van a producir heridas interiores, golpes emocionales. El resultado es la aparición frecuente o constante de sentimientos negativos: tristeza, ansiedad, angustia, miedo, temor, coraje, ira.
Estos sentimientos se van instalando en el interior del niño en forma permanente, conservándose en el inconsciente hasta la edad adulta, dando origen a lo que llamamos heridas interiores, daños emocionales o baja autoestima. Estos sentimientos se mantienen en el interior debido a que no pudieron expresarse ni procesarse en el momento en el que se produjeron. Son sentimientos experimentados antes de que el niño tenga forma de convertirlos en palabras.
Cuando el niño interior tiene estas heridas, al llegar a la edad adulta vivirá su vida a la luz de los mismos temores, ansiedades, angustias, miedos, corajes, vividos durante la infancia, sin darse cuenta que los sentimientos presentes son, con mucha frecuencia, un reflejo y una prolongación de las experiencias infantiles.

¿Qué hacer para sanar?

Para salir de esta situación, para dar los primeros pasos en la curación de las heridas interiores, es fundamental:
  • Darse cuenta de los propios sentimientos y aceptarlos
  • Caer en la cuenta de que los sentimientos frecuentes, constantes y exagerados tienen su origen en experiencias infantiles inadecuadas
  • Darse cuenta que los propios sentimientos son producidos por uno mismo y por tanto, no podemos culpar a los demás por lo que sentimos.
  • Realizar un proceso interior para sanar las heridas de la infancia, especialmente a través de un proceso profundo de perdón y reconciliación.
  • Hacernos cargo de aprender a manejar adecuadamente nuestros propios sentimientos, canalizándolos de forma responsable y productiva.

Para profundizar en este tema, te sugerimos los siguientes cursos y conferencias:

¿Eres codependiente?

La codependencia es una enfermedad que se manifiesta por la incapacidad para participar en forma positiva en una relación. La vida gira alrededor de otro, normalmente adicto y enfermo emocional y el codependiente deja de existir para sí mismo; no se tiende vida propia. Depende emocional, psicológica, espiritual, física o financieramente de otra persona.

Codependiente es la persona que ha permitido que su vida se vea afectada por la conducta de otra persona y que está obsesionada tratando de controlar esa conducta. Se ilusiona pensando que todo se resolvería en su vida si el otro cambia. Se trata de una preocupación y dependencia social y emocional.

La clave de la recuperación está en el codependiente mismo, en detectar y corregir la manera en la que permite que la conducta del otro el afecte y en la forma en que trata de controlar al otro.

Ser codependiente no es ser malo. Sólo significa que en algún momento de la vida el la persona aprendió a ser así, a actuar y reaccionar así. Las conductas codependientes tenían como propósito protegerse a sí mismos y atender las necesidades no satisfechas por el sistema familiar. Es un modo de ser elegido inconscientemente para sobrevivir emocional, mental y también físicamente.

Sin embargo estos recursos de autoprotección ya no resultan útiles. En ocasiones las cosas que el codependiente hace para protegese se vuelven contra él y lo lastiman a él y a los demás. Hace cosas incorrectas por los motivos correctos.

¿Se puede cambiar? Sí. Primero es necesario darse cuenta y luego aceptar la condición de codependencia para poder superarla.

Apego y desapego

El desapego es uno de los grandes objetivos en el trabajo de recuperación y superación de la codependencia. No se puede empezar a trabajar en la propia recuperación hasta que el codependiente se haya separado del objeto de la obsesión.

El problema del apego es que, en la medida en la que el codependiente concentra toda su energía para resolver los problemas y necesidades de los demás, le queda poco o nada de tiempo y energía para atender y hacerse cargo de sus propias necesidades y responsabilidades.

Preocuparse por resolver los problemas de los demás y darles solución, es un simple desperdicio de energía. Nos enmaraña la cabeza y nos impide pensar.

Control, miedo y angustia

El desapego es uno de los grandes objetivos en el trabajo de recuperación y superación de la codependencia. No se puede empezar a trabajar en la propia recuperación hasta que el codependiente se haya separado del objeto de la obsesión.

El problema del apego es que, en la medida en la que el codependiente concentra toda su energía para resolver los problemas y necesidades de los demás, le queda poco o nada de tiempo y energía para atender y hacerse cargo de sus propias necesidades y responsabilidades.

Preocuparse por resolver los problemas de los demás y darles solución, es un simple desperdicio de energía. Nos enmaraña la cabeza y nos impide pensar.

Control, miedo y angustia

Siempre que el codependiente se apega a los problemas de los demás, la preocupación central es el control. Controlar a la otra persona, sus decisiones, sus estados de ánimo, sus pensamientos, sentimientos, acciones y decisiones. Toda la energía se gasta en tratar de controlar lo que hacen o dejan de hacer los demás. Nuestra vida se concentra en los demás y no tenemos tiempo para nosotros.

El desapego es la separación de una persona o problema con amor. Es actuar en lo que sí nos corresponde y dejar de actuar en donde no nos compete. Es aprender a amar, a preocuparnos, a involucrarnos y comprometernos sin obsesiones ni angustias, reconociendo nuestros límites, sin rebasarlos. Ayudar a los demás sin lastimarnos o dañarnos a nosotros.

El desapego genera paz interior, serenidad, capacidad de dar y recibir amor y la libertad para encontrar soluciones reales a nuestros problemas. Es necesario pagar el precio: sentirnos mal, malos, inútiles. Soportar el rechazo y el conflicto. Afrontar el enojo propio y ajeno. Pero vale la pena.

Autodiagnóstico

  1. ¿Te comprometes demasiado a hacer demasiadas cosas con muchas personas?
  2. ¿Te sientes obligado o forzado a ayudar a otros o resolver sus problemas?
  3. ¿Das consejos o ayuda que no te piden?
  4. ¿Te sientes responsable de los sentimientos, pensamientos, acciones, necesidades y bienestar de otros?
  5. ¿Te enorgulleces de siempre mantener la calma en una situación caótica?
  6. ¿Tratas de complacer a otros y nunca te complaces a ti mismo?
  7. ¿Te cuesta trabajo expresar tus sentimientos?
  8. ¿Tienes dificultades para terminar las cosas, hacer las cosas de principio a fin?
  9. ¿Tienes dificultades para divertirte y descansar?
  10. ¿Te sientes atrapado en la relación con los demás?
  11. ¿Tienes miedo de tu propia ira o coraje?
  12. ¿Dices muy seguido que no tolerarás o permitirás más ciertas conductas de otros pero las sigues tolerando o permitiendo?
  13. ¿Mientes o exageras cuando sería igual de fácil decir la verdad?
  14. ¿Buscas constantemente la afirmación o aprobación de los demás?
  15. ¿Tratas de guardar los sentimientos para ti mismo y “pones siempre buena cara”?
  16. Cuando descansas o te diviertes ¿te excusas?
  17. 17 ¿Tienes frecuentes problemas médicos como: colitis, úlceras, hipertensión, asma, dolores de cabeza o de espalda?
  18. ¿Te accidentas frecuentemente?
  19. ¿Culpas a otros de tus problemas?
  20. ¿Tiendes ignorar los problemas o pretender que no existen?
  21. 21 ¿Sientes que si no eres productivo no vales?

Recuperación

La codependencia es un problema interior que es necesario resolver para tener una vida serena y productiva. Si te identificas con varias de las características anteriores, no lo dejes para después y toma la decisión de resolver la codependencia sanando las heridas emocionales, trabajando para llenar los vacíos internos mediante un proceso profundo de reconciliación con la propia vida.

Y sobre todo, deja de atender los asuntos y problemas que corresponde resolver a los demás y concentrate en atender y resolver los retos que te presenta tu propia vida. Es la opción que te dará la verdadera libertad.


Para profundizar en este tema, te sugerimos los siguientes cursos y conferencias:

  • De la Codependencia a la Libertad
  • La Curación del Niño Interior
  • La necesidad de Poder
  • La necesidad de Afecto
  • Decide por ti mismo. Evita ser manipulado.

Un camino a la libertad

Lic. Arturo Balderas Rangel

Un camino a la libertadEl crecimiento personal

El objetivo central del ser humano es la felicidad. Fuimos creados para ser felices. Esta felicidad plena, total la alcanza el hombre a través del ejercicio del amor. Amar, sin embargo, no es sentir bonito, sino buscar en todo hacer el bien, buscar siempre el bien propio y el del prójimo. Es fundamental hacer el bien en todo momento, lo cual no significa hacer sólo lo que nos gusta o lo que los demás quieren. Amar es elegir, entre el bien y el mal, hacer el siempre el bien, lo adecuado, lo bueno, aunque sea pesado, difícil o desagradable.

La libertad y el amor

Para amar, para elegir hacer el bien siempre, la primera condición es la libertad. Sin libertad no se puede elegir y sin capacidad de elección el amor es imposible. El ser humano es libre cuando puede elegir, cuando puede decidir entre varios caminos posibles, el que es adecuado y bueno recorrer. La libertad es un don que debe ser conquistado.

Para que el hombre sea libre es absolutamente indispensable que tenga sus capacidades desarrolladas. En su interior debe haber desarrollado toda una serie de capacidades que le permitan hacer cosas diferentes de acuerdo a cada situación: una percepción justa de la realidad, capacidad para distinguir y discernir, suficiente serenidad interior para no elegir en forma compulsiva o exagerada, capacidad para juzgar adecuadamente a los demás, capacidad para diseñar varias alternativas de acción y claridad para elegir la mejor, firmeza interior para mantener los compromisos hechos y la palabra empeñada.

Si sólo sabe hacer una sola cosa, si sólo puede actuar de una sola manera, no podrá elegir, pues siempre tomará la misma decisión, estará atado a esa única decisión. Es decir, estará esclavizado por un solo modo de ser o de decidir y por lo tanto no será libre ni podrá amar ni ser feliz.

Capacidades y recursos personales

Para que el hombre sea libre necesita desarrollar una variedad de habilidades o recursos. Esta variedad es equivalente a un artesano que dispone de una gran cantidad de herramientas y que en su momento, puede elegir usar la más adecuada. Si el artesano tiene pocas o sólo una herramienta, sus posibilidades de éxito se reducen drásticamente.

En el interior del hombre están todas las capacidades que necesita para afrontar con éxito los retos que la vida le presenta. Estamos llenos de talentos y hemos recibido todos los que necesitamos.

Sin embargo, estas capacidades nos han sido entregadas como potencia, como posibilidad, como semillas. Para que se transformen en verdaderos recursos o herramientas que puedan ser utilizadas, es necesario usarlas, cultivarlas, ejercerlas. Y esto se hace solamente con la práctica.

Problemas u oportunidades

Los problemas, las dificultades, los retos de la vida son los caminos ordinarios a través de los cuales nuestras capacidades van creciendo y desarrollándose hasta madurar plenamente. Los problemas cotidianos nos presentan lo oportunidad de desarrollar una o varias de nuestras capacidades.

Estas capacidades se ejercitan enfrentando los retos y problemas de cada día. Son como músculos que sólo crecen y se desarrollan mediante el ejercicio. Si no se usan no crecen. Cada problema que se nos presenta es la oportunidad de ejercitar una capacidad concreta. Al usarla, se desarrolla y al desarrollarse esa capacidad, crecemos y disponemos cada vez más de mejores herramientas para afrontar cada vez con más éxito los retos de nuestra vida. Este ejercicio lo tenemos que hacer nosotros. Nadie puede sustituirnos.

Y en ese éxito y en ese crecimiento radica una de las mayores fuentes de felicidad del ser humano, sobre todo porque al disponer de mayores capacidades, estamos en condiciones de amar cada vez más y cada vez mejor. Y el amor nos va haciendo cada vez más felices.

Las capacidades básicas

La falta de recursos suficientes hace que nuestra vida esté llena de problemas y dificultades sin resolver. A menores recursos mayor la incapacidad para trabajar adecuadamente, para relacionarse sanamente con los demás y para vivir una vida sana y productiva. Por el contrario, una persona que se ha dedicado a cultivar y desarrollar muchas capacidades interiores y que dispone de una gran cantidad de recursos, tiene las herramientas necesarias para resolver adecuadamente los problemas que se le presenten. Algunos de los recursos básicos son:

  1. Capacidad para escuchar, para callar y para hablar cuando es necesario.
  2. Capacidad para dar y para recibir.
  3. Capacidad para trabajar intensa y concentradamente y capacidad para descansar adecuadamente.
  4. Capacidad para decir que sí y para decir que no, cuando sea adecuado.
  5. Capacidad para discernir, distinguir lo que está bien de lo que está mal, lo adecuado de lo inadecuado.
  6. Capacidad para ser paciente y también capacidad paras saber exigir cuando esto es lo justo.
  7. Capacidad para respetar los derechos del otro y también para exigir el respeto de los demás.
  8. Paciencia, mansedumbre y obediencia.
  9. Valor, determinación y coraje.
  10. Tolerancia, capacidad para ceder y también exigir y mantener cero tolerancia frente a lo intolerable.

¿Qué capacidades te hacer falta desarrollar? Busca buenos maestros que te ayuden a desarrollar tus capacidades. Todos los necesitamos.


Para profundizar en este tema, te sugerimos los siguientes cursos y conferencias:

  • Inteligencia emocional
  • La virtud de la prudencia
  • La virtud de la fortaleza
  • Para resolver problemas

El narcisismo: Origen interno de las relaciones conflictivas

EL NARCISISMO: ORIGEN INTERNO DE LAS RELACIONES CONFLICTIVAS

Al nacer percibimos el mundo como prolongación de nosotros mismos. Por lo tanto, nuestras necesidades deben ser satisfechas de inmediato, como ocurría en el vientre materno. Nos damos cuenta que la realidad no es una extensión de nosotros cuando experimentamos pequeñas frustraciones, cuando nuestras necesidades no son satisfechas de inmediato. Es en ese momento que empezamos a percibir al mundo como distinto de nosotros.

La energía y la forma para exigir la satisfacción de nuestras necesidades, a esta edad, son el llanto y la rabia. Si las necesidades no son satisfechas adecuadamente, si las frustraciones son mayores a lo que podemos soportar sanamente, aparecen la inseguridad y la angustia. Por angustia se entiende la sensación, sentimiento o emoción de encontrarse frente a un peligro poderoso e ineludible, ante el cual nos sentimos totalmente indefensos o inermes.

Si nuestros padres no atendieron adecuadamente nuestras necesidades ni nos ayudaron a tolerar la frustración, crecimos con una mayor o menor sensación de angustia e inseguridad. Aprendimos que el mundo que nos rodea es peligroso y hostil y que no tenemos los suficientes recursos para afrontarlo adecuadamente. En nuestro interior, queda grabada esa imagen y a través de ella veremos el mundo que nos rodea (personas, situaciones, acontecimientos, etc.)

La angustia es una energía que nos empuja a protegernos. Nos volvemos defensivos y si recibimos malos tratos, generamos actitudes hostiles hacia los demás. En la medida en la que la angustia se hace más intolerable, las respuestas contra ella se hacen más intensas y urgentes. Estas respuestas son muy variadas y pueden ser clasificadas en cuatro grupos según el medio utilizado: el poderío, la sumisión, el cariño o el aislamiento.

 

Poderío: Es la necesidad urgente de tener poder sobre el mundo y sobre los demás para superar una situación amenazante. Este poder nace de la angustia y de la sensación profunda de debilidad. Sus manifestaciones más comunes son: la irritabilidad, la necesidad de saberlo todo o fingir saberlo todo, inventar, incapacidad para ceder, afán exagerado de provocar la admiración de los demás, temor a la humillación, urgente necesidad de impresionar, de ser admirado y respetado, hostilidad, tendencia a humillar a los demás, necesidad de desquitarse o vengarse. El lema contra la angustia es: Si soy poderoso nadie me hará daño.

 

La sumisión: Es el intento de complacer los deseos de todos con el fin de evitar que surja algún conflicto, rechazo, abandono o resentimiento. Es incapaz para expresar sus legítimos deseos o críticas y no puede poner límites a los abusos de otros. Es incapaz para decir “no”. Ayuda siempre al prójimo sin un discernimiento adecuado y cede constantemente y en todo a los deseos y órdenes de los demás. Obedece siempre. El lema contra la angustia es: Si cedo no me harán daño.

 

El afán neurótico de cariño: La persona busca protegerse de la angustia obteniendo cariño de cualquier forma y a cualquier precio, porque se siente abandonada en un mundo hostil. Recurre al afecto para protegerse. Tiene una insaciable necesidad de cariño, por lo que lo pide o exige a los demás permanentemente. Sin embargo, no es capaz de dar ese cariño en forma auténtica. Tiene una enorme sensibilidad frente a la falta de muestras de afecto, de atención o de reconocimiento de los demás. Es altamente susceptible. Se siente con derecho a ser amado siempre, sin la obligación de corresponder a ese amor. Cree que el mundo está en deuda con él. Exige que quien lo ama lo haga sacrificándolo todo, no sólo tiempo o dinero, sino incluso convicciones y hasta la integridad personal. Padece de celos enfermizos y tiene una fuerte tendencia a la codicia.

Obtiene el cariño mediante: 1) El soborno: trata de demostrar cuánto ama o ayuda a otro con el fin de exigirle amor incondicional y dependiente; 2) Conmiseración: trata de suscitar compasión exhibiendo los propios sufrimientos para ser socorrido; 3) Amenaza con hacerse daño a sí mismo o a otros si no se responde a sus demandas. El lema contra la angustia es: Si me quieren no me harán daño

 

El aislamiento. Se logra el sentimiento de seguridad retirándose del mundo a través de la desvinculación emocional, la lejanía física, la incomunicación o de no tomar nada en serio para no comprometerse. El lema es: Si me aíslo nadie podrá dañarme.

 

En estas condiciones, imposible amar

El común denominador de las personas narcisistas es una actitud de base en la que predomina la urgencia de la conservación, de la autoprotección, al servicio de la cual están, en el nivel emocional, la angustia y la hostilidad que cierran al individuo en el círculo de sus propias necesidades y temores, lo cual explica el insaciable egocentrismo

Las emociones y sentimientos que se encuentran en este nivel manifiestan una exagerada preocupación del individuo por su propia conservación y protección, de tal manera que queda afectada su capacidad para ver a las personas y al mundo en sí mismos.

Esto es lo que se llama narcisismo. Resulta comprensible que desde esta condición no sólo es prácticamente imposible amar a los demás por sí mismos, sino que resulta difícil “verlos” con respeto. Más que la otra persona, lo que al narcisista le interesa es la satisfacción de sus necesidades y la disminución, al menos temporal, de su angustia.

La relación entre personas narcisistas se vuelve difícil y conflictiva pues ambas son movidas por la angustia y por la necesidad de resolver las propias necesidades. En estas condiciones se torna muy difícil, si no es que imposible, dialogar, escuchar, atender, ceder, negociar y ver por los intereses vitales de ambos. Para mejorar la relación con los demás es necesario reconocer y trabajar para superar el propio narcisismo y aprender a relacionarse lo mejor posible con personas narcisistas.

Lic. Arturo Balderas Rangel


EL MITO DE NARCISO

“Narcisista” proviene del antiguo mito griego sobre el joven Narciso, de especial hermosura, quien se enamoró insaciablemente de su propia imagen reflejada en el agua. 
Cuenta el mito que, Narciso era un joven muy hermoso. Las mujeres, llamadas doncellas, se enamoraban de él, pero éste las rechazaba. Entre las jóvenes rechazadas y heridas por él, estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Por tanto, era incapaz de hablarle a Narciso por su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz.
Con el fin de castigar a Narciso por su engreimiento y soberbia, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. 
Narciso vio su imagen reflejada en el agua y se quedó enamorado de ella, deseaba tanto su imagen que se arrojó al agua para estar con ella y se ahogó, era tanto su “amor propio” que no dudo en arrojarse en las más profundas aguas. 
Además, el mito hace referencia que en el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
Esta es la historia de Narciso el hombre que se idolatraba así mismo, ¿cuántos narcisos habrá en el mundo?

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